Cómo hacer para que en un país
escaseen las divisas
      
          He pensado en realizar un aporte a cualquier político que tenga pretensiones de gobernarnos. La función de conducir un país no es sencilla, y no hay demasiados seminarios cortos que la enseñen. Es cierto que hay interesantes carreras universitarias y terciarias que explican bastante la tarea, pero, como sabemos, muchos de nuestros políticos exitosos prefieren obviar la parte de cursar, dar exámenes y demás y van directamente al diploma. (O por lo menos lo parece)

          Tal procedimiento es bastante práctico y expeditivo, aunque tiene el inconveniente de que luego hay que aprender en vivo y en directo, lo que suele acarrear algunos inconvenientes a los gobernados y a la memoria de las madres de quienes intentan gobernar sin saber.

          No querría pecar de soberbio, pero mi experiencia como ciudadano argentino me acredita para dar cursos sobre una variada temática. De modo que para no perder más tiempo, vayamos al tema que nos ocupa.

Metodología

Precondición: Es fundamental establecer la prohibición de sacar divisas del país con cualquier propósito o por cualquier razón, con prescindencia de la legitimidad de la transacción y del origen o ingreso de esos fondos.
El efecto será mayor si se evita establecer una legislación al efecto, y si se pone a cargo del control al organismo de recaudación impositiva. Esto además enardecerá a la población, y sobre todo a los potenciales inversores.

No es necesario aplicar esta norma en un momento preciso, pero sí debe aplicarse en algún momento del proceso de generación de escasez para asegurarse el alejamiento de cualquier financiamiento o inversión legítima.

Acción 1:  Deberá dificultarse la exportación de los bienes  que produzca el país por todos los medios. Existen para ellos muchas medidas, de las que por falta de espacio me limitaré a mencionar sólo algunas. Queda librado a la brillantez de los alumnos la aplicación de otras medidas similares.

Retenciones

No se debe abundar en detalles, ya que las mentes lúcidas comprenden rápidamente el efecto de pagarle a un exportador 20, 30 ó 35% menos por cada dólar que exporte de lo que vale la misma divisa para comprar insumos, por ejemplo.

Prohibición de exportar
Se trata de una medida muy contundente y directa, sin subterfugios. Corta todos los ingresos de divisas que pudiera haber producido el sector afectado. Tiene también la ventaja colateral de enriquecer a algunos compradores de materia primas locales, que harán luego una fortuna vendiendo su producto elaborado, que por supuesto jamás compensará el ingreso de divisas de los productos que se prohíben exportar. Se pueden utilizar mecanismos diversos: cupos, cajoneos, sistema de permisos y otras variantes que conlleven al mismo resultado.
Siempre es mejor que tanto esta como las demás medidas no se tomen mediante una ley, sino de modo difuso, extraoficial, telefónico o anónimo. La amenaza de prisión es de rigor.
No hay duda que, por el efecto desestímulo que ejerce sobre los productores, esta medida tiene la ventaja de tener efectos de largo alcance.

Generación de inflación y mantenimiento artificial de un tipo de cambio atrasado

Constituye una situación win – win. (Me excuso por escribir la frase en su inglés original) Por un lado, se destruye de tal manera la rentabilidad, que los exportadores generadores de divisas, (Pymes, campo) quiebran, se dedican a otras actividades o simplemente se paralizan.
Medidas complementarias son el aumento alegre de los salarios y costos laborales, la carga administrativa adicional a las empresas, el aumento de impuestos y la no  indexación por inflación de los balances de las empresas.

Por otro lado, ejerce un efecto de largo plazo al perderse mercados externos que ha costado muchos años desarrollar. Esto también ayuda a crear la imagen de un país que es siempre un socio imprevisible e inseguro.

Restricción de importaciones

Si bien esta medida es a veces una consecuencia de las anteriores, no por ello es menos deseada para lograr los resultados propuestos, de modo que hay que esperar que ocurra o en su defecto provocarla. Para ello nada mejor que argüir la defensa y protección de la industria nacional Esta medida tiene la ventaja adicional de permitir el cobro de ¨Facilitating payments¨ para las excepciones, práctica muy utilizada desde los 50 a la fecha, y la de recibir aplausos a mano abierta de parte de los protegidos y devoluciones a mano cerrada.

Acción 2: Deberá atacarse por todos los medios la inversión extranjera, hasta lograr desestimularla por completo. Pasamos a detallar algunas medidas, sólo a título de ejemplo, que se explican por sí solas.

Prohibición de girar dividendos y devolver préstamos

Cualquiera fuese la intensidad o profundidad de estas medidas, siempre tienen un fuerte impacto en los resultados que se buscan. Impiden la reinversión, fomentan los mercados paralelos de divisas, y definitivamente excluyen al país de cualquier nuevo proyecto internacional. También desestimulan cualquier desarrollo que las inversiones existentes pudieran imaginar.

Tiene la ventaja adicional de permitir realizar entongues como en el caso Repsol, por dar un ejemplo, que a su vez restan aún más estímulos a la inversión legítima.

Mantener un tipo de cambio sistemáticamente atrasado
Se trata de una acción simétrica a la anterior, pero al comienzo del ciclo. Es obvio que las empresas, y cualquier inversor o ahorrista, tratará de evitar colocar sus fondos en moneda local si de entrada perderá el 30 o 35% del valor real de lo que invierta. El concepto de oferta y demanda, en definitiva el del  precio como eficaz regulador la escasez, parece ser en estos casos mucho más eficiente que la matriz insumo-producto.

Ataque constante a las empresas extranjeras, tanto verbal como legalmente

Se trata de un eficaz complemento político para la medida anterior. Se le puede agregar la persecución sindicalista e impositiva y los cortes de la ruta más importante del país por reclamos gremiales inventados.

Acción 3:  Se debe cortar todo acceso al financiamiento internacional del país. Este objetivo debe ser cuidadosamente orquestado, ya que si no se es contundente se corre el  riesgo de que, pese a todo, se termine pagando una tasa como la de Bolivia, Ecuador o bonos basura. Estas son las ideas centrales.

Incumplir los compromisos

Este paso es una precondición importante. El país debe ser reconocido como un defaulteador serial. Para ello, hará falta que el incumplimiento sea política de estado válida para todos los gobiernos, y – no menos importante – que esa voluntad de no pagar las deudas esté firmemente arraigada en  la idiosincrasia nacional.

Cuando se perciba universalmente este cuadro, se habrá ganado el Gettysburg de todas las batallas en favor de le escasez de divisas.

No aceptar los fallos de las jurisdicciones que el propio país haya propuesto para dirimir las diferencias que surgiesen de sus obligaciones

Aún cuando es cierto que la existencia de jueces malvados y seniles nos han perjudicado y sobre todo no se ha podido usar el carpetazo con ellos, esta decisión histórica será un paso firme y casi sin retorno para la consecución de los objetivos de no generación de divisas.

No abundaré en ejemplos porque basta leer los diarios, (menos algunos) para comprender la fuerza de esta idea.

No aceptar la auditoría de los organismos de contralor internacional

Debe aplicarse sobre todo a los auditores de las organizaciones  a las que el país pertenece (G20), como el caso del FMI; insultarlo, ridiculizarlo y vilipendiarlo en cada discurso. Esto permite al mismo tiempo que perder la confianza internacional, perder el crédito más rápido y barato en caso de emergencia. Para facilitar la incomprensión de los analistas, debe endurecerse la política luego de pagarle toda la deuda a su pedido y antes del plazo fijado.  Incumplir los fallos del CIADI también es recomendado. No se recomienda pagar solamente los juicios comprados previamente por el vicepresidente.

Colocar a cargo de los lanzamientos y negociaciones de deuda a ineptos o ignorantes de las prácticas, técnicas y usos internacionales en  la materia

Muy efectivo mecanismo. Permite por ejemplo pagarle a Venezuela el 15% de tasa cuando la tasa mundial era el 7%, o ahora pagar, fuera del sistema bancario, 9% cuando la tasa es menos de la mitad. Tiene ventajas adicionales que se dejan libradas a la creatividad de los funcionarios.

Dictar Leyes de lavado de dinero
Esta medida, sin duda un paquete de decisiones de fondo, es de vital importancia para lograr diversos objetivos. Poner la lupa sobre todas las actividades financieras del país. Crear dudas sobre la legalidad de cualquier acto de gobierno y poner una alerta roja en las decisiones que involucren hacer negocios seriamente en el país. Establecer el concepto de que la inversión ¨por derecha¨ no paga y dejar flotando la idea de que hay una competencia desleal del delito.
No sólo debe aplicarse, sino que es muy importante perpetuar su aplicación, de modo de dar la sensación de que no se trata de una acción circunstancial, sino que es un deliberado apañamiento del lavado.

Acción 4: Deberán expropiarse o confiscarse empresas y anular concesiones de modo  arbitrario, si fuera posible manu militari, en último caso con una ley posterior, y muy raramente con una ley previa. (A la confiscación, jamás con una ley vigente antes de la inversión)
Los muy efectivos ejemplos de Repsol, las AFJP, diversas privatizadas en el ámbito nacional y provincial, que derivaron o derivarán en juicios perdidos para el país, muestran la efectividad de este tipo de accionar. No requiere explicación ni punteado especial.

Acción 5: Como complemento y encuadre internacional, se recomiendan las siguientes prácticas:
Insultar en cuanto discurso, cadena nacional o foro fuera posible, a la potencia económica y bélica más grande de la historia.

Firmar tratados incomprensibles con el país que más ha prohijado y defendido el terrorismo como política de estado.

Diluir la investigación de la muerte del fiscal a cargo de la investigación de ese tratado, tras denunciar a la presidente de la Nación por encubrimiento.

Firmar tratados secretos con China y Rusia, que comprometen el ámbito de seguridad del Atlántico Sur.

Acción 6: Como complemento casi imprescindible, debe proceder a destrozarse la justicia y el concepto republicano, ya que cualquier clima de respeto de la división de poderes puede echar por tierra todo el proyecto.


Recomendaciones finales

Existe globalmente una desesperación por conseguir cualquier tasa que sea por lo menos positiva y algo mayor al 2% en 10 años. Eso hace que pese a todos los esfuerzos y aún siguiendo puntillosamente estas recomendaciones, todavía haya interesados en prestar sus dólares a la Argentina, o a invertir en ella.

Si ello ocurriere, y como medida de emergencia, se recomienda que la presidente de la Nación salga a hablar de una conspiración global entre un fiscal asesinado, el judaísmo internacional, los holdouts,  la banca mundial, las autoridades de la AMIA y la DAIA y los principales diarios nacionales. Se sugiere para mayor efectividad exhibir sobre el escritorio, como al descuido, una copia de Los Protocolos de los Sabios de Sion. Será tan eficiente para lograr la ausencia total de divisas como el pajarito de su colega venezolano Maduro.

Por cualquier consulta o asesoramiento adicional pueden dirigirse a mi mentor, el doctor Aldo Ferrer vivirconlonuestro@lacolifata.k



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Gracias, Don Raúl, por someternos
a la voluntad del conurbano


He venido despotricando en el último año contra la reforma Constitucional de 1994. O, para ser más preciso, contra los aportes de Raúl Alfonsín a esa reforma.

Como se recordará, el Pacto de Olivos, oprobio de la democracia, en mi percepción, tenía por objeto del lado de Carlos Menem simplemente quedarse cuatro años más en el poder.  Del lado del radicalismo el cebo era que, al cabo de esos 4 años, el presidente sería un radical.

Raúl Alfonsín, al sellarse el pacto, agregó algunos elementos para asegurarse de que el radicalismo no tuviera tropiezo en ese oscuro camino espurio. El primero fue reemplazar el sistema de colegio electoral, que creaba un cierto equilibro entre las provincias y Buenos Aires, o sea entre el resto del país y el conurbano, y reemplazarlo por un sistema de elección directa nacional.

Esto sucedía con la antigua Constitución casi de casualidad, porque los electores de cada provincia eran el doble de sus diputados nacionales, y éstos no eran directamente proporcionales a sus poblaciones por leyes posteriores a la Carta Magna original.

De todos modos, resultaba un sistema equilibrado entre el concepto federal y el de democracia directa con voto universal y defendía las economías regionales, única oportunidad de supervivencia de las provincias más pequeñas sin apelar al estatismo.

Alfonsín prefirió el voto tipo malón, y se aseguró de hacerlo incluir en el nuevo texto. No conforme con eso, e inspirado en su querido sistema francés, impuso también el método de doble vuelta. Pero sólo copió la mitad: Francia otorga el triunfo en primera vuelta a quien obtenga el 51 por ciento de los votos, criterio obvio, ya que con esa cifra se impone la voluntad mayoritaria, principio de la democracia.

El zorro de Chascomús eligió inventar la rara ecuación de que gana en primera vuelta quien consiga obtener el 45 por ciento de los votos, cláusula profundamente antidemocrática, y aún peor, declara ganador a quién obtenga el 40 por ciento de los votos, si quien le sigue no obtiene al menos el 30%, cláusula inspirada en nada.

El principio del ballotage es que en una segunda vuelta el ganador obtenga más del 50% de los votos, respetando así el concepto de mayoría. Pero eso no ocurre en ningún caso con este aborto fruto del contubernio, que hasta permitió la aberración antidemocrática de que un presidente fuera electo con el 23% de los votos porque su rival se rindió al conocer los resultados de la primera vuelta, como un boxeador que tira la toalla.

Hay otras barbaridades frutos del ingenio de Alfonsín, como la idea de una especie de Primer Ministro, devaluado a Jefe de Gabinete, que puede a su arbitrio reasignar partidas presupuestarias, un despropósito de técnica de administración pública de aquellos, obviamente ignorados por Don Raúl, en los dos sentidos del término ignorar.

Pero me concentraré solamente en los aspectos electorales.

El otro aporte al deterioro de la calidad democrática, es la entronización de los partidos en el centro del sistema político nacional. Los partidos directamente no fueron ni mencionados por la Constitución de 1853, que evidentemente no pensaba exactamente en la boleta sábana.

Me quedo aquí en el detalle para no agobiar a mis lectores, no proclives ni a llegar a esta altura de una nota.

Dije lo que dije para que, cuando los especialistas le empiecen a tirar cifras y le digan que quien gane el conurbano tiene casi asegurado el triunfo en la elección nacional, no insulte al kirchnerismo. El FPV sólo es culpable de haber utilizado para cortarnos la cabeza la guillotina que otros levantaron.
Porque el engendro, el monstruos aparato, la negra figura de la guillotina electoral antidemocrática, fue obra de Raúl Alfonsín. A esa seudo democracia le estamos ofrendando nuestro futuro y nuestra libertad.

Ya sabe, si cree que esto que nos pasa es un manoseo y un engaño que nos birla nuestros derechos ciudadanos, agradézcaselo a Don Raúl. 


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Sin educación no hay voto


Tener seguidores en Twitter crea el compromiso de interpretarlos y hasta de representarlos. Tomo entonces alguna idea que me han acercado y le doy forma.

Impulsemos una reforma en la ley electoral (La Constitución lo permite) que establezca que para poder votar en cualquier elección para cualquier cargo o por cualquier concepto en cualquier jurisdicción, se requiera tener completado y aprobado el nivel secundario de educación.

Salgo rápidamente al cruce de quienes aducirán que se trata de una idea discriminatoria recordando que la enseñanza secundaria es gratuita y obligatoria, de manera que sólo los incapaces (no los discapacitados) están exentos de completarla. Y los incapaces tampoco votan.

De modo que no habría tal voto calificado, sino el reconocimiento de que para ejercer los derechos ciudadanos hay que cumplir las obligaciones elementales impuestas por la sociedad.

Luego de satisfechos los pruritos de mis hipersensibles lectores, paso a responder las objeciones de tipo cualitativo que se me han hecho.

Una de ellas es que como la educación es muy mala, da lo mismo poner este requisito que no ponerlo. Siempre se puede pensar así de cualquier requisito. Lo cierto es que no es verdad que sea lo mismo. No sólo porque algo se permea siempre, sino por otros elementos valiosos. Por ejemplo: la influencia familiar (sobre todo materna) para que el chico termine su educación obligatoria implica una decisión fuerte de pertenencia a la sociedad. 

No completar el ciclo es un signo de marginalidad y anti-socialidad evidente. No debe olvidarse que el estado otorga ayudas económicas  importantes que están supeditadas a la escolaridad, lo cual avala el concepto de obligación ciudadana que planteo. 

Y todo proceso de formación educativa implica un aprendizaje de integración a la sociedad y un respeto por las normas, que aunque no se logre totalmente ni en todos  los casos, es un paso importante en la formación ética de la juventud. Reconozco que sería mejor si la formación secundaria fuera tan exigente como en el colegio de ¨La sociedad de los poetas muertos¨, pero debemos usar lo que hay y mejorarlo luego. 

Si desestimamos todos los sistemas formales que tenemos, vamos camino a la desaparición.

Otro grupo de sensibles me dirá que hay gente que en el pasado no gozó de ningún apoyo económico, y que ahora no tiene posibilidad de enmendar esa falencia. En tal caso, consideremos que se acepte la ¨experiencia de vida¨ como un sucedáneo de la formación formal y que el requisito se reemplace por única vez para mayores de 30 años al momento de la publicación de la ley.

No voy a usar ejemplos de otras sociedades, porque no deseo avergonzar a mis queridos y pocos lectores. Pero los hay. Y con sistemas educativos más pobres que los nuestros. 

Y por último, si lo que no nos gusta es la calidad de la enseñanza, mejorémosla, no exactamente con barbaridades como la ley educativa de 1994 aprobada por unanimidad por el Congreso.

La propuesta sería también un estímulo a la inclusión escolar, y al mismo tiempo crearía la sana idea de que ejercer la ciudadanía requiere contrapartidas y que la igualdad debe ser para arriba y no hacia la mediocridad. Habrá que  comprender que en alguna parte tenemos que empezar a romper este círculo vicioso de incapacidad, ignorancia y decadencia que nos ahoga y angustia. 


La democracia carece de legalidad y de sentido cuando la población se convierte en una masa ignorante, desinformada o analfabeta. Porque una simple proyección indica que en poco tiempo, esa masa será mayor que el sector de la sociedad que se sacrifica, estudia y trabaja. Con lo cual el sistema perderá toda esperanza de equidad o justicia, distributiva  o de cualquier otro tipo. Y eso lleva a la disgregación.

La democracia impone la obligación al estado de fomentar la educación pública, pero también impone la obligación a quienes quieren ser ciudadanos y votar, de tener una formación mínima para hacerlo.

De lo contrario, la democracia sería innecesaria, porque la fuerza numérica y vandálica se impondría sin necesidad de votar, como ocurrió en todo el oscurantismo de la historia.

Educar al soberano es un signo de respeto importantísimo que ningún gobierno, ningún político, ninguna persona de bien debería ignorar. Si no iluminamos a nuestra sociedad, no sólo bajaremos cada vez a mayor velocidad nuestro nivel humano, sino que terminaremos siempre en manos de algún iluminado en el sentido más negativo del término. Un iluminado con la capacidad de oscurecernos.


Si no se puede siquiera entender la diferencia entre votar y botar, la democracia es esclavitud. 


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