¡Es la población, estúpido!

Es la población, estúpido


Hace muchos años, un cura inglés, Thomas Malthus, escribió algo que todos mencionan y pocos leyeron. Un tratado sobre el crecimiento de la población.
Sostenía que como la población crecía en progresión geométrica y los recursos naturales en progresión aritmética, la gente tenía que morirse de hambre, y los que sobrevivieran soportarían en su mayoría una extema pobreza, hasta la desaparición de la humanidad.
Los economistas, empezando por el viejo Adam Smith, le destrozaron la teoría. Los teóricos modernos lo consideran una curiosidad histórica, tan equivocado como Ptolomeo cuando afirmó que la Tierra era el centro del universo.
La población mundial ha crecido a lo pavo,  pero sigue comiendo. Entonces Malthus estaba mamerto.

¿Seguro?
La pobreza, la indigencia y la marginalidad siguen creciendo en el mundo,  pese a todas las políticas redistributivas, y pese a que todos los países del mundo  han aumentado hasta la irresponsabilidad el gasto público para resolverlas. Esto con independencia del sistema de gobierno, la ideología o el signo político de los países. La llamada globalización está poniendo en evidencia que la manta económica es corta y que se destapan los pies si se tapa la cabeza.

Comida todavía  hay, porque la revolución de la genética y otros adelantos  científicos lo han permitido.  ¿Seguro que todos comen? O estamos mirando solamente a nuestro alrededor?
Y cómo andamos de sistemas de salud,  jubilación, educación, seguridad, vivienda? ¿Y qué pasa si le agregamos el rampante avance de la droga?

No se puede negar que todos esos sistemas están cada vez peor y van alegremente a un colapso, y que nadie sabe cómo resolverlos, salvo patearlos para adelante.

¿Seguro que Malthus estaba mamado?