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A 60 años y una semana de su muerte


EVITA



Te odio y te quiero



Desde que se conoció (por rumores, el twitter de la época) que María Eva Duarte de Perón sufría de cáncer, empezaron a aparecer en las paredes de Buenos Aires pintadas con una impía leyenda: «Viva el cáncer »
¿Qué había hecho la mujer del  Presidente para merecer ese sentimiento? ¿Cómo era posible que la abanderada de los humildes despertara, al mismo tiempo que la veneración, semejante odio? Los seres humanos somos contradictorios. Las personas públicas tienden a lucir más contradictorias aún, porque las circunstancias los obligan a cambiar sus planes y sus acciones todo el  tiempo.  Eva Perón, Evita, como la llaman sus fieles, María Eva Duarte de Perón como la denominan los imparciales, Eva Duarte, como la apelan quienes  recuerdan su nombre artístico, o La Eva, como dicen sus detractores, no fue, ni en vida ni luego de su muerte, una excepción.
Despertó mucho odio y mucho amor. Ambos sentires son indisputables e inmodificables. De manera que es inútil razonar con quienes los profesan, o tratar de convencerlos de lo contrario, y más aún, siempre se los ofenderá con cualquier crónica que no responda completamente a su pasión. De modo que estas líneas no lo intentarán.
Omitamos la historieta en torno a sus orígenes, filiación, falsificación de partida de nacimiento para rejuvenecerla (se)  en 3 años, porque son historia común en la Argentina, y  que no se puede evitar comparar con indulgencia con los desatinos de que somos testigos en este tiempo.  Esa saga, junto a los vaivenes y avatares de sus comienzos como actriz y su acceso al ambiente artístico de la Capital,  son común denominador en muchas vidas de chicas humildes con ambiciones artísticas. También esos pasos parecen travesuras de colegiala frente a lo que vemos hoy, además de ser irrelevantes.
Sí es posible decir que no era una gran actriz, ni siquiera una buena actriz. Lo que también es irrelevante. Tengo la convicción de que ella y Perón se amaban, y eso se evidenció siempre, más allá de las discrepancias y discusiones que conlleva el compartir la acción política.  Es posible que cada uno haya usado la imagen y el prestigio del otro en diferentes momentos, pero no creo que eso afecte la verdad sobre los sentimientos y el tipo de relación. Descalifico las críticas de que se trataba de una mujer ambiciosa, no porque piense que no lo haya sido, sino porque ello no es negativo per se, y hasta es un elemento movilizador que a veces empuja a los seres humanos a realizar grandes empresas.
¿Se va a casar con quién?
Digo todo esto porque no puedo dejar de pensar que una parte del odio que inspiró fue por su condición de mujer metida a hacer cosas de hombres, con actitudes y libertades antes reservadas sólo a los hombres. A esto agrego el prejuicio de que un militar se casara con una actriz de radioteatro, lo que no resultaba tolerable a la alta sociedad argentina.
Tal vez eso fue lo que hizo que  no se le ofreciera la Presidencia de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, lo que lleva a la intervención estatal a la Sociedad, y su posterior disolución o paralización y a la creación de la Fundación María Eva Duarte de Perón.  Justamente esta creación reúne y simboliza todas las características de la personalidad política y del accionar que la caracterizaría para bien o mal el resto de su vida.
Dejad que los pobres vengan a mí, sin auditores.
Por un lado, por primera vez se lleva ayuda y reivindicación a masas desprotegidas, muchas de reciente inmigración. Por otro, comienza a mostrar su perfil revanchista y vengativo, y un personalismo (un pequeño ejemplo fue que la fundación llevara su nombre) que la empuja finalmente al totalitarismo y a un desprecio por las instituciones.
La Fundación se financiaba con aportes estatales, y exacciones y pedido de dádivas al sector privado a cambio de prebendas, en muchos casos. Nunca tuvo fiscalización alguna, y sus enormes gastos no fueron jamás auditados, aunque sus obras eran exageradamente publicitadas. Muchos desprotegidos que recibieron una bicicleta, una pelota de fútbol o una muñeca, (la primera de su vida) nunca olvidaron ese hecho. Quienes recordamos esa época, vemos ahora una copia color de esas campañas de difusión exageradas.
En ocasión del trágico terremoto de San Juan, con casi 10,000 muertos, Perón, como subsecretario de Trabajo y  Evita a su lado,  hacen una campaña de colecta de fondos y festivales artísticos para recaudar fondos para las víctimas, el comienzo de su popularidad. Los frutos de esa colecta monumental nunca fueron demasiado visibles para las víctimas. En el caso personal de mi grupo familiar íntimo, de clase media baja, severamente golpeado en la salud y en lo material por el sismo, jamás recibió ayuda o soporte de ningún tipo. Tampoco nuestros amigos y conocidos, que sufrieron iguales o más daños.  Debe haber resultado difícil identificar a los damnificados, aunque mi madre era la primera en la lista de heridos publicadas en La Nación.
Mis queridos grasitas, mis queridos descamisados
Aquí un párrafo sobre la relación de Evita con los trabajadores. Más allá de que siempre incluyó un párrafo para ellos en sus discursos, su relación siempre osciló entre la tolerancia por respeto al General, o el enfrentamiento.  La vocación por el insulto grosero directo y la descalificación de la Señora de Perón, que utilizaba con militares y obreros con amplia discrecionalidad, le valió la enemistad de esos sectores, que no la consideraban una interlocutora válida. Perón ordenaba o reprendía. Eva humillaba. La opinión de Hugo Moyano: «no es lo mismo hablar con una mujer que con un hombre, con una mujer no se puede hablar.»,  podría haber sido aplicada con certeza en aquél momento. No se trataba solamente de una cuestión de género, sino también de una percepción de incapacidad política que el voluntarismo no podía reemplazar. Bastante similitud con el momento actual.
….Y Eva creó a la mujer
No tuvo mayor participación en las reivindicaciones obreras, pero sí la tuvo, y mucha, en la instauración del voto femenino y la consagración legal de los derechos de la mujer, que más allá de cualquier opinión, fueron sus grandes aportes a la sociedad argentina.
Se la reconoce impulsora de la creación de la Rama Femenina del Movimiento Peronista, reivindicación importante de los derechos de la mujer, no solamente en el aspecto político, sino en la vida nacional. Se dijo que estos cambios tuvieron razones políticas o de otro orden. Descalifico esa opinión. Las razones de las figuras públicas para hacer sus obras no tienen valor en la historia. Abraham Lincoln no desata la guerra civil para liberar a los esclavos. Decide abolir la esclavitud porque eso minaba la moral de las tropas del Sur.  Pero su decisión cambió la vida de millones en el mundo y es venerado por eso.
Es claro que en 1946 la mujer tenía escasa o nula participación en la vida nacional y aún internacional. Eva Perón rompe los tabúes e impone la presencia de la mujer. Paralelamente, introduce en su accionar un despotismo y crueldad que no debería ser imitado. Lamentablemente se imita hoy la peor parte del paquete.
El General en su laberinto
Perón dividió el movimiento en 3 pilares: La Rama política, la CGT y la Rama femenina. Fue su manera de reconocer el poder de Eva, pero también de limitar las áreas de influencia de su esposa. Eva no era querida entre militares y sindicalistas, a quienes trataban muy mal. La CGT se opuso tenazmente a su designación como candidata a vicepresidenta.  Las características de su personalidad fueron sumamente cuestionadas en su tiempo, aunque no existían los conocimientos médicos y sicológicos actuales para dar por válido ningún diagnóstico.
Si bien como se ha dicho Perón  y Eva utilizaron la imagen del otro para potenciarse, creo que Perón no basó su gestión, su ideología ni su popularidad en su esposa. Era un hombre bien formado con personalidad y conceptos muy contundentes. Sí es cierto que la amó, y eso es otra historia.

Con motivo de la grave crisis económica que se desata en Argentina en torno a 1949 a causa de las políticas inflacionarias, muy similares en su origen a las actuales,  Perón convoca a los partidos a la unidad nacional  y a un pacto social.  Ricardo Balbín, líder de la UCR, le manifiesta a Perón que no podrá haber un pacto de esas características mientras la señora María Eva Duarte tuviera cualquier función o actividad política dentro del estado o fuera de él. Los partidos desconfiaban de las actitudes de Evita, y de su capacidad política, así como de su desprecio por las instituciones. Balbín es encarcelado como consecuencia.
Agregando leña a la hoguera de Juana de Arco
En 1949, el Congreso de la Nación, dominado por el peronismo, la designa Jefa Espiritual de la Nación, raro título en un sistema democrático.  El hecho de haber aceptado tan particular título no favorece la imagen de Eva Duarte y ratifica su egocentrismo. Su muerte es aprovechada por Perón, ya sitiada por las consecuencias de una crisis que, sin nada para repartir, no podía controlar. María Eva Duarte de Perón es convertida en mártir.  Desgraciadamente, la obligatoriedad del culto hizo que los sectores que la negaban se enconaran aún más y acentuó la imagen totalitaria del matrimonio.
Luego del golpe de estado de 1955, en una mezcla de ignorancia, superstición, miedo, necrofilia, prepotencia y machismo, los militares decidieron que su cadáver debía ser ocultado para evitar que fuera usado con fines políticos. El ataúd inicia un periplo planificado, el cuerpo sufre hasta vejaciones sexuales, es mantenido luego oculto, y finalmente, como parte de  negociaciones sucesivas entre las fuerzas armadas, el peronismo y la guerrilla es devuelto a la Argentina luego de 22 años, donde tras algunas escalas reposa ahora  en la Recoleta. Que en paz descanse.
Evita fue venerada por quienes ayudó, o por aquellos a quienes hizo sentir cuidados, o que se sintieron vengados por su revanchismo. Pero seguramente no por las clases dirigentes, ni los sindicatos, ni los militares, ni muchos de los propios peronistas.  No puede decirse con certeza que su figura fuera considerada positivamente por la mayoría en la Argentina en el momento de su muerte.
La música y el mito y de paso la prohibimos
En 1976 se publica un álbum musical en Londres, que dos años más tarde se transforma en una ópera rock emblemática: Evita, de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, que luego serían iconos del género.  La ópera, con un serio y extenso research, resultaba sumamente crítica de la persona de Eva, así como de sus costumbres, gastos, gustos y gestos que contradecían su prédica. Por eso fue prohibida en la Argentina y nunca se exhibió localmente. Una película basada en el argumento de la ópera, protagonizada por Faye Dunaway y Johnnatan Pryce, tuvo que retirarse de cartel en nuestro medio por las críticas y atentados que sufrió durante su proyección. Por esto el público argentino no conoce mayormente la obra.  Otras versiones fueron complacientes.
Pero la ópera contenía una canción, supuestamente cantada por Evita agonizante desde el Balcón de la Casa Rosada: «Don’t Cry for me Argentina». La canción, que no seguía la línea argumental de la obra, se popularizó con independencia del musical, y fue tomada por todos como un himno de homenaje, cuando en el contexto de la obra mostraba simplemente cual era el mensaje y la imagen que Eva trasmitía a sus seguidores y que probablemente ella ya había incorporado en su inconsciente como real.
Esa sola canción, repetida y estereotipada hasta el cansancio, transformó a Evita en una santa ante el mundo, y a la Argentina en un pobre país fracasado, todo sintetizado en un título: «No llores por mí, Argentina», con el que tantas veces se nos ha estigmatizado.

Tengo para mí que, sin evaluar sus merecimientos personales, la  imagen nacional e internacional de Evita no habría alcanzado la potencia que tiene sin esta canción. Basta escuchar detenidamente la letra en inglés de la pieza, como para por lo menos considerar la afirmación que hago y tener en cuenta la difusión mundial y el éxito alcanzado por el disco, uno de los mayores éxitos discográficos en este tipo de producciones. Siempre creí que Perón no se habría atrevido a casarse nuevamente si esta ópera hubiera aparecido antes.

It won’t be easy, you’ll think it strange
When I try to explain how I feel
That I still need your love after all that I’ve done
You won’t believe me
All you will see is a girl you once knew
Although she’s dressed up to the nines
At sixes and sevens with you
I had to let it happen, I had to change
Couldn’t stay all my life down at heel
Looking out of the window, staying out of the sun
So I chose freedom
Running around, trying everything new
But nothing impressed me at all
I never expected it too
Don’t cry for me Argentina
The truth is I never left you
All through my wild days
My mad existence, I kept my promise
Don’t keep your distance
And as for fortune and as for fame
I never invited them in
Though it seemed to the world they were all I desired
They are illusions
They’re not the solutions they promised to be
The answer was here all the time
I love you and hope you love me
Don’t cry for me Argentina
The truth is I never left you
All through my wild days
My mad existence, I kept my promise
Don’t keep your distance
Have I said too much
There’s nothing more I can think of to say to you
But all you have to do is look at me to know
That every word is true
Don´t Cry for me, Argentina…

Detrás del telón, estaba la realidad. Una mujer de fuerte personalidad, que por la razón que fuera dio un lugar y garantizó un nuevo rol a todas las mujeres, cambió la percepción de los pobres y los humildes en la sociedad, desafió los preconceptos y tabúes de su época, dio a la solidaridad otro significado y luchó por derechos que hoy son considerados elementales pero en ese momento ni se mencionaban como posibilidad.
Al mismo tiempo, una mujer totalitaria en un régimen totalitario, llena de alhajas y lujos, vengativa y agresiva, que dividió a los argentinos más aún de lo que lo había hecho su marido.  Sospechada fuertemente de corrupción (la de sus familiares cercanos fue probada y el manejo de los fondos de la Fundación fue siempre escandaloso) e irrespetuosa de todas las instituciones, por las que sentía un fuerte rechazo.
El odio y el amor, no son sólo sentimientos. Son también proyecciones. No requieren ni admiten análisis, ni importa lo que los originó o sus razones. Por ello cualquier intento de resumir una personalidad de esta magnitud tendrá inexorablemente el repudio y la crítica de uno u otro bando. Me disculpo por herir o desilusionar a cualquier poseedor de esos sentimientos, que  respeto.
En la Argentina de hoy, la figura de Eva Perón, evidentemente estudiada en detalle por el poder, es utilizada y copiada hasta el exceso. La Presidente de la Nación copia los dichos, las frases, el estilo y también la combatividad, la agresión, el espíritu vengativo y disgregante de Evita. Tal vez ello está contribuyendo más que ningún enemigo a deteriorar la imagen de la llamada Nuestra Señora de la Esperanza por sus fieles, y de modos mucho más duros e irreproducibles por sus detractores. No sabría determinar porcentajes. No había encuestas en los ‘50.