Publicada en El Observador el 27/10/2020



Hora de arrancar

 

Chile se sumó al tratado tácito Lacalle Pou-Cristina Kirchner de promoción de inversiones en Uruguay




 

El repudio masivo a la Constitución de Augusto Pinochet – que llevó a Chile al mayor crecimiento de su historia y a una fuerte reducción de la pobreza – abre la puerta a la reforma de la Carta magna que será, sin duda, una carta a Papá Noel o a Kuyén, la deidad de los mapuches, cuyas banderas copaban el domingo el cielo de Santiago. 

 

Sin entrar en alegatos teóricos, la inversión en Chile acaba de reducirse a cero. Volverá si en dos años se produce el milagro de que las masas piensen. Por ahora, flota el fantasma de Salvador Allende. El referendo es el triunfo del modelo subversivo de protesta multiespectro fomentada que se tipifica en una oración: “hagan lío”. 

 

Ese modelo de la pedrea es el recurso tramposo de burlar los resultados electorales cuando el socialismo pierde. Localmente, se entiende mejor si se repasan los argumentos de Francap oponiéndose a la reducción del precio de los combustibles y defendiendo la indefendible producción estatal de cemento.

 

Por eso interesa acelerar y facilitar las radicaciones e inversiones frutos de la expulsión suicida de los vecinos, para que sus frutos no se demoren y diluyan en el tiempo. Pasaron siete meses de aislamiento, fatales para los procedimientos de radicación y para la interrelación humana, vital para generar la magia del entusiasmo, las asociaciones, los grupos de trabajo, en lo interno y en el mundo. 

 

Como planteó la nota previa, el trámite de residencia debe ser acelerado drásticamente y transformar los Consulados en un centro de gestión integral migratorio y de filiación. De modo de permitir la entrada de los nuevos residentes de interés. Es muy difícil asociarse, compartir ideas y tomar riesgos entre desconocidos. 

 

Los negocios de tecnología son la opción más fácil para imaginar oportunidades. Negocio que no se limita a los jóvenes que desarrollan una app. También abre el camino al inversor. A quien busca un rendimiento razonable para su capital sin tener que arriesgar en una empresa o un país ignotos que probablemente se lo birlen. Aquí hay una tarea para ese personaje tan típico de Uruguay que es el agente financiero, experto en banca privada, family officer, especializado en canalizar patrimonios en los bancos del mundo, que ahora no tienen campo de acción por límites legales y porque el rendimiento es cero, igual que las comisiones.  

 

Una nueva tarea para ese grupo, que cuenta con conocimiento de la plaza y también con la confianza de muchos protagonistas, es unir a los emprendedores del sector con los inversores. Como se sabe, ese negocio de ángeles, incubadoras y alianzas implica también un aporte de experiencia empresaria del inversor que ayude a la naciente empresa a salir a bolsa o a consolidarse. Un nuevo modelo de negocios más factible en un país que permite la entrada y salida legal de dinero y que tiene un credit rating que no daña la inversión ni el crédito privado, algo inviable en Argentina, por caso. 

 

Los agentes financieros, ahora desocupados, deben usar esta oportunidad, si aún su sagacidad no los ha inspirado. Son ellos quienes pueden organizar rondas de Zoom o Webinars para mostrar las oportunidades, convocar y unir a las partes. Parecido a lo que ocurría en las Ferias y Expos internacionales. No es difícil comprender que alguien con un cierto capital que se radique en Uruguay, además de gastar en un par de autos, una casa y el colegio de algún hijo o nieto, estará tentado a ejercer su vocación empresaria localmente. Es un servicio que sería apreciado por todos los factores y que no se limitaría a conectar a las partes, sino que crearía una continuidad y un seguimiento de los negocios.  

 

Este formato no se limita al mundo online. La obtención de fondos para desarrollo de universidades y hospitales privados de alto nivel, como ocurre con las inversiones inmobiliarias, es otro negocio que puede seguir el formato de Internet, de emprendedores que conocen la actividad y capitalistas que se suman con dinero y expertise empresaria. Y siga imaginando.

 

El mercado de la soja y otras commodities agrícolas es otra veta, no ignorada por los argentinos, transformadores en ese rubro. La devaluación inevitable del dólar tras los desatinos de la Moderna Teoría Monetaria, magnificados por Trump, garantizan que esa devaluación se materializará contra bienes. Las commodities en primera línea. ¿Será demasiado optimista pensar en una soja de 550 dólares o más en un año?  Este cambio permite imaginar muchos formatos de inversión y negocios.

 

Las Pymes industriales, destrozadas por el sistema argentino de gastoloco, impuestos a mansalva y juicios laborales, a las que la bicentena peronista dio el golpe de gracia, son otra oportunidad. Se trata de empresas medianas que abastecen el mercado regional, fabricando pequeñas máquinas y repuestos o brindando service para maquinarias importadas, cuyas piezas originales son carísimas. No es un negocio menor, y genera empleo a personal calificado que Uruguay posee o puede entrenar. Mercado desatendido por la enfermedad argentina. Combinando ese rubro con las zonas francas y algún sistema inteligente laboral, (un oxímoron a superar) hasta el mismo vecino será cliente, forzado por su propia torpeza. 

 

Importa empezar hoy, sin esperar el fin de la pandemia. Por eso la insistencia en los Zoom, los folletos comprehensivos, los agentes financieros. Para que la estadía de los Grobocopatel o Galeperín y otros con una ínfima parte de sus tenencias, no se limite a una vacación eterna mientras manejan sus negocios a la distancia, sino que puedan canalizar localmente su entusiasmo y sus sueños, o para provocarlos. 


El gobierno necesita mostrar éxitos de su propuesta central de crecimiento dentro del próximo año. La acción tiene que empezar ya. El futuro también.

 

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