La injusticia liberalota - Carta abierta


Mis amigos y colegas economistas liberales, no se encrespen por la nota-manifiesto-credo del nuevo diputado de Cambiemos Fernando Iglesias. Dead wrong. Deberían agradecerle.

Al dejar de lado el término neoliberal, el gran invento progresista para denostar a los que pretenden la seriedad en la gestión pública, le quita a la discusión cualquier tono académico. El término neoliberalismo, pese a no significar nada, obligaba ante la opinión pública a dar alguna respuesta técnica o académica. Ahora, en cambio, con este neoneologismo liberalote no hace falta responder seriamente.

Ese término liberalote, evidentemente inspirado por el florido y vacío estilo de Asís, (léase humo) no tiene significado alguno. Recuerda a mi amigo Landrú, en sus chistes de señoras gordas, que usaban esa terminología. (Ojo, no querría caer en ninguna infracción a las reglas de progresismo sobre géneros y esas cosas)

Decirle a alguien liberalote es como decirle regordete, o picarón. O grandotote. Casi una expresión mimosa intrascendente. Así que no veo que se tengan que devanar los sesos en explicaciones teóricas que a nadie, y menos a Iglesias, le interesan. Concéntrese en el relato, no se dispersen con detalles.

El segundo punto que debe agradecérsele, es la referencia a la imposibilidad de alguno de ustedes, inútiles liberales, de conseguir 4000 votos para armar un partido y ganar las elecciones. La frase es el primer mandamiento del evangelio cristinista, (Viene de Cristina, femenino de Cristo) "Formen un partido y ganen las elecciones" como recordarán, y significa que el que gana hace lo que se le canta. O sea, jodete. ¡Eso es saber de política!

También muestra la eficacia del sistema que han ideado los monopolistas corporativos del poder. Un simple mecanismo de elección por distrito resolvería ese problema de ustedes, de juntar 4000 votos, que el mecanismo administrativo de la corpo atacará con ensañamiento hasta dejarlos reducidos a 20, con inspecciones mensuales. Pero ¿para qué cambiar lo que tan bien anda?  El neodiputado ha conseguido evitar esas molestias uniéndose a Cambiemos. Cualquier cosa, menos permitir que se vote por un diputado individualmente. (Por supuesto que para Fer ganar las elecciones supone tener razón en todo)  

Muchos giles que conozco, todavía están juntando los primeros diez mil dólares para llegar a los quinientos mil dólares en publicidad que hace falta para disputar con éxito una elección a diputado. Aprendan, ustedes que se dicen libertarios y qué se yo. (Debo ser justo y aceptar que Macri propuso cambiar el sistema político: color, tamaño, gramaje de las boletas, voto digital. Todo irrelevante para evitar el monopolio partidista y el autoritarismo de las PASO, pero hay que ser graduales o te queman el país)

Otro punto que no advierten, por vuestra edad avanzada, (liberalote también suena a vejete) es que Cambiemos nunca fue liberal, como parece que ustedes creían, como no lo fue nunca Macri (ninguno de los dos). Se ve que las notas publicadas con vuestra firma antes de las elecciones presidenciales eran fakes.  Como esta, por ejemplo.

No culpen al pobre Iglesias de vuestra cortedad de miras, si también ahora tardíamente descubren que él no es lo que decía ser, o lo que ustedes creían que él era. Dejen de usar ese materialismo dialéctico que los caracteriza.

Lo que tampoco deben hacer es tratar de explicarle y debatir con él el tema del gradualismo. No propongan soluciones que hagan que les quemen el país. Por eso es mucho mejor el gradualismo, que viene del latín gradua, que quiere decir boludo, e ismo, que quiere decir contribuyente. Lo que seguro no deben hacer, es perder tiempo en explicaciones técnicas. Ustedes no saben nada de política. Dedíquense a enseñar, preferentemente en esos países desarrollados, como Alemania, Chile, Perú, Singapur y otros. O en Noruega y Suecia, que han logrado dejar de lado hace rato al progresismo.

Un dato duro: la nota de Iglesias iba a ser publicada en donde publica Roberts los sábados. Pero parece que Carlos Reymundo se puso celoso y la publicaron como nota en serio.

Se los digo de corazón. (Usando el pronominal los mal, como corresponde a los políticos, filósofos y sociólogos milennials) No pasen más vergüenza. Los quiero a todos, igual.


Dardote

Principios


Repasando a Friedman


Originalmente Milton Friedman había sostenido que los recursos que se dilapidaban en producir oro para mantener un sistema de respaldo monetario, podrían dedicarse a cualquier otra actividad más productiva, una suerte de endoso a la eliminación del patrón oro.

Más de una década después, en su artículo de 1986 "Los costos del recurso de la moneda no redimible [fiduciaria]"dice Milton Friedman que al observar el desmanejo monetario y los engaños causados por los gobiernos y los bancos centrales durante el siglo XX, era "crystal clear" que los costos de extraer oro, hacerlo moneda o lingote serían mucho menores que  los costos disruptivos y desestabilizantes impuestos a la sociedad por la inflación de moneda papel sin respaldo oro y las burbujas (Boom and Busts) de los ciclos económicos impuestos por las manipulaciones de dinero e intereses por los bancos centrales.

En su discurso de 1985 al asumir la presidencia de la Western Economic Association, "Los economistas y las políticas públicas" sostuvo estar persuadido de que nunca sería conveniente en el largo plazo - aún para los propios bancos centrales, manejar el sistema monetario de acuerdo a algún hipotético beneficio de la sociedad.

Quienes tienen las palancas de la impresión de dinero siempre estarán sujetos a las tentaciones y presiones de las ventajas de corto plazo que la emisión puede generar. Allí admite que había sido una pérdida de tiempo de su parte tratar de persuadir a los gobiernos de seguir su idea de una regla monetaria.


En otro artículo en 1986, "¿Tiene el gobierno algún rol en la moneda?" (Con Anna Schwartz) concluía que "dejar las cuestiones monetarias y bancarias a las decisiones del mercado habría producido un resultado más satisfactorio que el logrado con la intervención de los gobiernos".

Se enredan tanto en ecuaciones y gráficos, que se olvidan de lo esencial. 





Lo escribió Keynes antes de ser keynesiano, en 1909

  

"Vía la inflación continua, los gobiernos pueden confiscar, secreta e invisiblemente, una parte muy importante de la riqueza de sus ciudadanos. Con tal método no sólo confiscan, sino que lo hacen arbitrariamente en un proceso que empobrece a muchos y enriquece a unos pocos.

La inflación alinea todas las fuerzas ocultas de le economía del lado de la destrucción de modo imposible de prever. Son los efectos destructivos, distorsivos y corrosivos de la manipulación monetaria de los gobiernos lo que llevó virtualmente a todos los economistas del siglo XIX a aprobar el anclaje del sistema monetario en una commodity como el oro para impedir el uso de los poderes gubernamentales para imprimir billetes sin respaldo y así cubrir sus extravagancias presupuestarias.
                                                                
Vale la pena recordar las palabras de John Stuart Mills: Ninguna política tiene bases más precarias que la del engaño de emitir moneda sin respaldo de metales, de una convertibilidad o algún principio de limitación equivalente. Todas las variaciones en el valor del circulante son un engaño: destruyen los contratos existentes y las expectativas y el efecto de esa alteración hace que todo compromiso o emprendimiento financiero de largo plazo se vuelva insostenible.

Con todas las prevenciones que puede tener que la creación de circulante dependa solamente de la accidental producción de oro, es mucho más grave cuando la creación de circulante es dejada al arbitrio de un individuo o un comité, que pueden tener cualquier grado o clase de interés que se beneficie por la fluctuación artificial de los patrimonios; y que tienen, de todos modos, un fuerte interés en emitir moneda sin respaldo, ya que cada emisión es una fuente de ganancias.


Sin contar que los emisores estatales de deuda siempre tienen un interés directo en bajar el valor de la moneda en que están endeudados. Tal poder, quienquiera lo detente, es un mal intolerable." (Principios de Economía Política, 1909)