Teorema del ñoqui


Cuando se habla de bajar el gasto se piensa solamente en los empleados públicos, que son sólo una parte del problema del déficit fiscal.

Para autojustificarse, mucha gente habla de "despedir a los ñoquis" lo que torna la idea en una especie de justicia que premia al trabajador y castiga al vago.

La realidad, es que en toda burocracia hay dos clases de empleados inútiles. Los que trabajan y los que no trabajan (Ñoquis).

Concuerdo con la idea bondadosa y justa de echar a los ñoquis. (Que de todos modos no estoy muy seguro que se lleve a la práctica, ni en esta administración ni en ninguna).  Pero son apenas una ínfima parte del problema. 

Empecemos por algún lado, me dirá usted. Y yo me sonreiré para no decirle que no entiende nada.

El problema más grave para bajar el gasto, en lo que hace a los empleados, es determinar qué parte del gasto es útil y qué parte del gasto es una actividad "ñoqui" en su integralidad. Pondré dos ejemplos extremos.

Si hablamos del Hospital Posadas, por ejemplo, seguramente es un gasto útil. Habrá que ver la eficiencia conque se maneja, pero es una cuestión de gestión y de optimizar recursos.

Pero si hablamos del INADI, o de ENARSA, o del INCAA, toda la gestión y su propia existencia es "ñoqui" aunque el personal asista puntualmente todos los días y nunca llegue tarde.

La enorme mayoría del gasto en personal está compuesta de actividades "ñoquis", no de empleados ñoquis.

Eso hace más difícil tomar decisiones y hasta opinar, porque las frases y actitudes políticamente correctas nos han estupidizado  hasta impedirnos la comprensión de textos.

Estoy seguro de que mucha gente que lea esta nota me dirá: "tiene razón, echemos a los "ñoquis", lo que se da de patadas con todo lo que estoy diciendo.

Cuando entra la solidaridad en escena, ya la posibilidad de pensar y de actuar desaparece por completo.  Creo que una solución es que todo empleado público despedido reciba una compensación por un tiempo, con un tope máximo, proveniente de una sola partida. Cuando la sociedad conozca el monto de lo que le cuesta esa solidaridad, tal vez el problema se empiece a entender.

El defecto mayor del estado benefactor es que la gente no advierte que es ella quien está pagando por esa solidaridad, aunque no sea un gran contribuyente. Y del modo más injusto.

La burocracia es mala per se. Crece porque sí, llena el tiempo libre con trabajo inútil. Aumenta los empleos aunque no aumente el trabajo ni las tareas que presta.

La pirámide laboral crece más allá de la función de un ente de un modo matemático y en intervalos previsibles de tiempo.

Recuerdo de los cursos de Administración de empresas, las extraordinarias leyes de Parkinson.  (Cyril Norcothe Parkinson era un administrador militar y civil de enorme experiencia que había estudiado mejor que nadie la burocracia estatal inglesa, pero que aplicó sus conclusiones a toda administración)

Ya se ha olvidado su prédica, porque el capital barato tiende a hacer olvidar la eficiencia y hasta el éxito,  pero Parkinson sigue teniendo total validez. No se trata de justicia laboral, ni de si alguien trabaja o no, ni siquiera de méritos.

Así se funden los países y las empresas. Vale la pena recordar sus leyes:

"El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización"
También expresada como: "el tiempo libre se llena con trabajo inútil.

"Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos".
Hoy podría reformularse: "Los gastos crecen hasta que el déficit es impagable.

 "El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente               proporcional a su importancia"
     También conocida como Ley de la trivialidad.

Confundidos por las ideologías baratas, la sensibilidad de barrio que nos ha llevado a tantas barbaridades, y sobre todo obnubilados por leer a tipos que saben mucho menos que nosotros, nos hemos olvidado de principios elementales.

De esto se habla cuando se habla de presupuesto con base cero.  De llevar la burocracia a un nuevo punto de partida. Obligarla a retroceder hasta la primera casilla del juego de la Opa, no de la Oca.

Bajar los ñoquis, aunque necesario, no cambia nada, nos deja conformes con nuestra conciencia equivocada y  suicida.

Bajen la burocracia. Eso baja el gasto y sube el futuro.


Parkinson no temblaba.



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Fútbol para muchos, gasto para todos



El nuevo gobierno nombró a  F. Marín para operar Fútbol para todos, de modo que ha decidido continuar con el estado pagándole a la AFA y después viendo cómo se la rebusca con publicidad para achicar algo el gasto.

Que el estado tenga que pagar el costo de los contenidos y luego salir a vender publicidad,  es una función que no se le había ocurrido ni al Comecon.

Este negocio lo inventó la AFA en 2009. Hasta ese momento, los derechos se vendían a privados que los comercializaban por canales abiertos con publicidad, o por Cable con una señal paga.

Como a la AFA y toda la banda de dirigentes de clubes no les alcanzaba para seguir robando,  convencieron a CFK de que para que el fútbol fuera libre y no "secuestraran los goles", el estado debía pagar los derechos y dar fútbol gratis.

Podrían aplicarse al cine, al teatro, a la venta de gaseosas, a lo que fuere, no?

Entonces CFK hizo que incumplieran los contratos con Torneos, que era el que tenía los derechos, y le empezó a pagar una fortuna a la AFA. Esa cifra NO SE BASABA en ningún análisis de rentabilidad, ni en nada.  Era lo que necesitaba la AFA para seguir la joda.

Como ya ha superado los 2000 millones por año de costo, y no se si no bastante más, mucha gente, yo también, piensa que esto es un robo y que no debe ser operado por el estado.

Como los argentinos putean sólo contra el gasto en el que no están prendidos, nadie quiere que paren este afano para no tener que pagar el costo del cable, que supongo que sería hoy 30 o 40 pesos.

Macri entonces, no lo va a eliminar. Pone a un experto en comercialización de publicidad deportiva, (También gerenció Racing) para que venda publicidad a los privados.

Es decir, el estado compra contenidos futbolísticos a la AFA, y luego se transforma en vendedor de publicidad. Esto le parece perfecto a todos, por lo que veo.

La mala noticia es que no va alcanzar con eso. Habrá un fuerte costo que pagará el estado, y no se si no un aumento en lo que se paga la AFA.

La publicidad no es infinita, esta competencia desleal, porque el estado opera y operará a pérdida, le quitará recursos a los canales privados. Todo bien, que se jodan, no? Ya ganaron bastante como diría Cris.

Muchos, en especial los que no tienen la menor idea del negocio televisivo, dicen que con publicidad se paga todo. Si eso es así, licítenlo a los privados como antes y listo, no?

Justamente, los privados NO PAGABAN tanto a la AFA, porque el negocio no daba para más que eso. O sea, los privados la pagaban 50 millones a la AFA y se hacían cargo de la trasmisión y todos sus costos y eso lo cubrían con publicidad y abonos, más una ganancia por supuesto.

El estado va a pagar diez veces o quince veces más a valores constantes y según los genios, va a poder cubrirlos con publicidad.

Con los dramas que tiene el país, a punto de eliminar subsidios y tarifas regaladas en gas y electricidad, en serio me dicen que el estado tiene que hacerse cargo de los costos, de las pérdidas y del riesgo de toda esta estructura y salir a vender publicidad para ver de bajar el gasto que ocasiona.

Los invito a que piensen. No equivoquen al gobierno presionando por más gasto y más estado.

Ni siquiera hablaré de la complicidad con el robo que hacen los dirigentes. Los clubes están hoy mucho más fundidos que cuando empezó este circo.



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La maniobra de pinzas del peronismo
de ayer, de hoy, de mañana




El armado que usará el peronismo para atacar a Cambiemos y a la sociedad me recuerda mucho al que usó entre 1973 y 1976.

Por un lado, grupos de resistencia callejera, sin respeto por las formas democráticas.  Antes las guerrillas. Ahora Quebracho, D'Elía, Bonafini, Moreno (recargado), La Cámpora versión furiosa y otros patoteros.

Luego los diputados ideologizados y extremistas, pero dentro de las formas democráticas. Antes la Juventud Peronista, ahora La Cámpora y los vasallos prepotentes, torpedeando cualquier acuerdo o intento de gobierno sensato.

Los sectores "buenos" del peronismo declarando su impotencia ante los sectores "malos" del movimiento.

Los gobernadores y  legisladores pareciendo buenos, pero declarándose impotentes de contener a las bases. Y reclamando más justicia social y reparto.

Los gremios, entonces la CGT, ahora los gremios estatales, paralizando el país y eternizando la ineficiencia y la protesta.

Un peronismo "malo" enfrentándose ficticiamente a un peronismo  "bueno" en el Congreso, también impidiendo institucionalmente la gobernabilidad.  Las comparaciones con la actualidad son obvias.

El sistema educativo destruido y politizado, en total rebeldía y tomando las calles. No hace falta mucha imaginación para ver que eso se viene.

Una pugna por la estatización feroz, y un repudio a la participación privada en las actividades monopolizadas por el estado y sus empresas.

Una puja salarial empujando a  la hiperinflación.

Un desorden y desobediencia provocado en toda la sociedad con el único afán de impedir.

Al mismo tiempo, todos los sectores "serios" del peronismo "bueno" y otros sectores no peronistas pero idiotas útiles, clamando por seguridad jurídica, derechos adquiridos, conquistas sociales y justicia. Y la Corte ayudándolos.

Todos, declamando democracia pero atropellándola y bastardeándola.

En un gran resumen, atacando desde la institucionalidad y desde la insurgencia.

Pensándolo bien, así se comportó el peronismo siempre que no fue gobierno, desde 1945 en adelante.


No lo digo para pinchar ningún globo. Sólo para que nadie, menos aún el gobierno y el periodismo, vuelva a caer en la misma trampa.




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¡PATEE EL TABLERO HOY, PRESIDENTE!



aaparedidas antipopulistas, en ui endeudamiento, ni exque eso habr la ruina. Ruinas circulares, dir medidas antipopulistas, en upapa
Un viejo chiste mudo del gran Caloi mostraba el proceso por el que una serpiente se tragaba un elefante. Poco a poco la piel de la serpiente se estiraba e iba tomando el formato externo del paquidermo, hasta terminar transformándose en él.

Apretado por el empecinamiento del relato, la campaña del miedo, la prédica de su círculo de establishment cercano y el lobby temprano de ciertos empresarios prebendarios que rondan ahora a Cambiemos, Mauricio Macri ha virado en sus conceptos económicos iniciales.

La referencia en campaña de Scioli  sobre ese giro no sólo es cierta, sino que muestra la concesión a las preferencias populistas de una gran parte de la sociedad. Las asperezas de las acusaciones, el debate y las necesidades electorales fueron llevando al nuevo presidente a aceptar puerilmente, por ejemplo, que Fútbol para Todos debía continuar, pero mejor; que Aerolíneas debía seguir funcionando, pero mejor; que los subsidios, dádivas y planes no debían reducirse, que nadie debía perder "las conquistas logradas".

 También YPF pasó de pronto a estar "bien administrada" lo que es un poco audaz de decir tan apresuradamente. Felizmente hubo un cierto retroceso en ese cheque en blanco en la primera conferencia de prensa de Macri.

En ese proceso, se fueron dejando de lado conceptos muy claros y acertados  sobre la baja del gasto, que pasó a ser un tema secundario y  a remplazarse por la idea del crecimiento, que teóricamente licuará la importancia relativa del déficit fiscal, finalmente la causa única de la inflación y las devaluaciones pasadas y futuras.

También se sacaron del primer plano los asesores que simbolizaban la austeridad fiscal, y que sabían como lograrla.  Y se volvió a abrazar tangencialmente la causa del proteccionismo, disfrazada de desarrollismo, un formato retórico que luce mas moderno, pero que degenera en lo mismo en cuanto al estatismo y a los efectos sobre el crecimiento y el agro.

Y por último, la salida del cepo rápidamente y con un mercado libre de cambios, un plan económico per se, fue evolucionando hasta una paridad administrada que puede devenir en gradualismo  en cualquier momento.

El balotaje creó la necesidad de captar los votos de UNA y eso llevó a incorporar parte del discurso de Massa, lo que también alejó de su eje a Cambiemos.

El panorama se agrava por el escaso tiempo que media entre el balotaje y la toma de posesión, más el ocultamiento delictivo que impide conocer la realidad de las cuentas en ese lapso, lo que obliga a ser muy prudente e impide hacer el imprescindible plan para empezar a gobernar.

Macri ha sido obligado a prometer ciertas políticas, no sólo por su entorno, sino por el kirchnerismo al que tanto hemos repudiado por esas mismas políticas. Ahora se lo apura conque la diferencia del balotaje, en la que nadie cree, no alcanza para imponer medidas antipopulistas, en una  particular interpretación de la Constitución y del resultado electoral.

Pero la realidad sigue estando ahí.

Las economías regionales y todo el agro, junto a las Pymes, necesitan con urgencia un tipo de cambio que reconozcan el aumento de costos inflacionarios. también una baja importante de las retenciones de la soja junto a la eliminación de todas las otras. Eso es coherente con la necesidad de divisas, dilapidadas por el populismo corrupto.

Esas necesidades implican un plan antiinflacionario potente. Pero ese plan antiinflacionario frenaría de inmediato la actividad económica. La solución es bajar el gasto seriamente, en cualquiera de sus formas. Pero ya se han prometido inmunidades y se han dado garantías de que eso no ocurrirá. Esto incluye temas tan evidentes en su aberración como Fútbol para Todos, Aerolíneas o YPF, cuyos costos están siendo pagados por todos, y en el caso de YPF, es una rémora para la competitividad y el crecimiento.

Las frases de que pueden manejarse eficientemente bajo la administración del estado, no son creíbles, a la luz de 70 años de experiencia. Para entendernos, eficiencia implica echar gente.

En cambio, los únicos recursos que parecen se le permiten usar al nuevo gobierno, son el endeudamiento y la licuación relativa del gasto  vía crecimiento.  Ese criterio se ha usado repetidamente  entre nosotros, y sus resultados han sido ciclos recurrentes que terminan siempre en el caos y la ruina.  Las ruinas circulares, diría Borges.

La idea de un jubileo por unos meses en la retención a la soja acaba de ser dejada de lado. Una pena, porque eso habría producido muchos dólares útiles para salir rápidamente del cepo sin traumas ni endeudamiento ni una devaluación insoportable.

Falta que para conseguir dólares se termine de forzar la idea de un blanqueo, que además  de ir contra la ley local e internacional, han sido sólo mecanismos de lavadores, donde seguramente terminarán blanqueando los beneficiarios de las trampas cambiarias más recientes.

Un peligro es que se pierdan meses muy importantes en este intento repetido hasta el hartazgo y que cuando se quiera cambiar de rumbo se haya desgastado la magia del comienzo de la "nueva época".

Hasta me permito pensar que la intención del proteccionismo y el prebendarismo populista es justamente ésa.  Diluir el empuje inicial en una maraña de miedos, presiones, resistencia pasiva, errores conceptuales, concesiones a la "decisión de la sociedad" a la inteligencia de los votantes y otras frases del relato, hasta que no haya posibilidad de cambiar.

A pocas horas de haber sido electo, Macri está encerrado en un laberinto que le han tejido entre todos.  Corre el riesgo de que le pase lo mismo que a la serpiente: tomar la forma del elefante que se tragó.

Con el enorme deseo de que le salgan las cosas bien, yo le aconsejaría al Presidente electo que pateara este tablero que no es el del juego que él soñaba jugar. Que todos jueguen el juego que él quiere jugar. Ha ganado ese derecho.  

Ya escucho a quienes dirán que es muy pronto para hacer una crítica. No es una crítica. Es un análisis de cómo funciona nuestro sistema suicida. Indiscutible. El desprecio de la expresidente de ayer debe ser el límite.

Mauricio Macri tiene que ponerse el traje de presidente desde hoy. Nadie puede "pedirle" que vaya a ningún lado, acompañado o no. Él pone las reglas de juego. Nadie puede neutralizarlo ni manipularlo. Menos ofenderlo o ningunearlo.

Y nuestra tarea será bancarlo, como dicen los tuiteros. Y bancarlo no es acompañarlo a esta trampa que le están tendiendo. Bancarlo es decirle la verdad.





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